BROKEN BLOSSOMS
BROKEN BLOSSOMS
En todas las artes siempre hay un pionero que
marca el camino a seguir y asienta unas bases que se utilizarán para la
posteridad. El cine es el arte más joven y durante sus inicios se experimentó
un rápido crecimiento y aumento de creatividad. El cineasta D.W. Griffith
produjo, dirigió y adaptó el guión basado en la novela The Chink And The Child
(1916) de Thomas Burke.
LIRIOS ROTOS
El tema, o los temas, tratados en la película son
tremendamente realistas: las palizas que le da el odioso boxeador a su hija, y
cómo un hombre chino que emigra a Londres para promulgar los ideales de paz que
rigen su religión, se encuentra con una cruda realidad de la que el mismo será
víctima. La historia de amor entre los dos protagonistas, de respeto por parte
de él, y dependencia por parte de ella, ha sido mil y una veces repetida y
adaptada.
Pero realmente eso no es lo que importa, el Film se centra en
un diseño de producción y dirección de actores, la fotografía es impecable. La
gran fuerza narrativa y expresiva de las imágenes cautivan por sí solas, la
historia es más simple y su duración más accesible.
El trágico romanticismo que se desprende en sus escenas son inolvidables,
conceptos como el de la chica que no puede sonreír, entre otros, son de una
intensa carga emotiva, es excelente en todos los aspectos, a
parte de un trabajado tratamiento en composición de los encuadres perfectamente
realizados.
Una mención especial para la gran escena en
que la protagonista queda atrapada en el armario mientras su despreciable padre intenta entrar. Me vino
rápido a la cabeza una famosa escena de El Resplandor de Kubrick.
En
fin, el talento y los adelantos que dio el cine en sus inicios son
espectaculares y sin duda, Lirios rotos es un gran ejemplo. Es sorprendente
como está película con el paso del tiempo no envejece, sigue siendo un reflejo
de la actual crudeza social.

Comentarios
Publicar un comentario